La apisonadora

Se usa habitualmente para asfaltar calles y carreteras, perosu versión bonsai aplana la hierba de los campos de golf para que jubilados de oro, tiburones de las finanzas y delincuentes de nivel encuentren a punto sus green y puedan cerrar tratos millonarios mientras se sienten Tiger Woods.

Su estructura es muy simple: se trata de un gran depósito cilíndrico rellenable, con una capacidad de 50 litros de agua -el equivalente de 50kg- que se arrastra por medio de una gran asa. En algún momento alguien cayó en la cuenta de que también podía ser usada como imprenta y en la estela del descubrimiento, la iustradora Clara-Iris Ramos se agenció una para imprimir una revista de gran formato. Gran partidaria de hacerlo fácil, decidió que el soporte sería de tela y las planchas xilografías. Para el suministro de energía echó mano de la increíble potencia de remos de las mujeres de Espai Brut de Barcelona, auténticas amazonas del rodillo.

Así nació La Piconadora (la apisonadora en catalán) una publicación destinada a poner imagen a las vergüenzas sociales que tan a menudo nacen en los campos de golf. Por ejemplo la muerte de un migrante. Una pelota lanzada al hoyo o a las nubes, puede ser el prólogo de un negocio que arruina a un campesino africano, le obliga a salir de su tierra, le lanza al mar y si no se ahoga en él, le conduce a un pais donde le encierran por ilegal, molesto y oscuro de piel. Eso mismo o parecido le sucedió a Idrissa Diallo, posiblemente nacido en Guinea Conakry y muerto de un extraño fallo cardíaco en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Barcelona la noche de Reyes de 2012.

Pero el mismo artefacto que allana el camino de la ignominia, puede conservar la memoria de sus víctimas; así es que la portada de La Piconadora reproduce el rostro de Idrissa junto a un texto que dice en francés: «Sonriendo antes de encontrar la muerte en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Barcelona, ciudad de las maravilas». Y la contraportada aclara aun más la filosofía de la publicación: «La revoluciones se hacen con plomo». Por supuesto el de los tipos móviles, por si su mente extraviada había entendido otra cosa.